domingo, 6 de diciembre de 2009

DROGADICCIÓN PRODUCTO DE LA SOCIEDAD




Evidenciando la gran cobertura que ha alcanzado el consumo de drogas en la población chilena y las múltiples consecuencias que provoca principalmente en los jóvenes, cabe preguntarse si verdaderamente es un problema de carácter social o netamente individual.
Para abarcar este tema cabe precisar qué sustancia es considerada como droga . Según la OMS droga es: cualquier sustancia, natural o sintética, que al ser introducida al organismo, altera su actividad psíquica y/o física, por causa de los distintos efectos que produce: excitar, relajar o distorsionar la realidad.
Luego de aclarar el concepto de droga debemos definir qué puede llevar a una persona a ser consumidora.
Uno de los grandes vicios que produce el modelo actual de sociedad es la marginalización de sectores de la población, en los que se puede apreciar un enorme grado de pobreza, lo que conduce a la separación de la familia debido a la necesidad de buscar fuentes de ingreso, esto da lugar a que tomen protagonismo figuras negativas dentro de la comunidad las cuales conducen al los jóvenes a realizar actividades ilícitas (copiadas del ejemplo de vida de estas figuras), que merman sus posibilidades de ascender de condición social. Como un ejemplo que conlleva lo recién mentado, encontramos la ausencia de figuras paternas en la familia provocada por las largas jornadas laborales que tienen éstos, las que se ven acrecentadas por la necesidad de obtener algo más de recursos y de esta forma se da paso a la despreocupación de la familia, y con esto la vuelve vulnerable a factores de riesgo externos.
Otro factor relacionado al consumo de algún tipo de estupefaciente es la aceptación de los pares, la necesidad de sentirse integrado e incluido dentro de un grupo de amigos o grupos sociales donde se ve la necesidad de compartir intereses comunes y ser aceptado como un ente más del grupo. En este tipo de situaciones es común tener como ejemplo el consumo de alcohol, el cual en un comienzo funciona como un desinhibidor en las relaciones interpersonales, ó en el trabajo donde la situación asimétrica entre jefe y empleado muchas veces puede llevar a involucrarse en situaciones no esperadas. Si bien ambos ejemplos mencionados caben en lugares distintos dentro de la sociedad, los dos pueden llegar a ser factores de riesgo, lo que no dicta que pueda ser lo contrario.
Un agente no menor en la inserción al consumo de drogas es la educación, la que si bien esta encargada de ser un factor de protección, se vuelve es comúnmente en sectores de bajos recursos un factor de riesgo, ya que, ésta al no ser eficiente en su función de educar crea un desmotivación en el individuo la cual lleva a caer en una ausencia de sensaciones o aprendizajes nuevos y esto conlleva a llenar este vacío con otras experiencias en las cuales suele ocurrir que ingresa en el consumo de drogas y delitos, los que luego suelen ser necesarios para la obtención de la misma y de esta forma se llega a un círculo vicioso.
Otra limitación asociada a la educación es la falta de herramientas para competir en el mercado, las que provocan frustración y una eventual deserción del sistema educacional, y con ello provocan un prematuro ingreso al mundo laboral para lograr de este modo una mejora en su calidad de vida, pero vuelven a encontrarse con limitantes y esta vez más serias ya que al no contar con la educación suficiente deben conformarse con empleos de bajas remuneración en los que sus sueños de superación se ven coartados. Esta falta de recursos influye seriamente en la autoestima del individuo lo que puede llevar al consumo de drogas depresoras para aligerar la carga emocional de resentimiento contra la sociedad que se fue acumulando años tras año producto de la constante ausencia de oportunidades.
Si a todo esto sumamos un hecho tangible como es no contar con una política seria que aborde el consumo de drogas como el reflejo de la desigualdad y descontento social, que entregue información que ofrezca alternativas para superar las múltiples barreras a las que se enfrenta los jóvenes, que terminan conduciéndolos al camino de soluciones fáciles para sus problemas tal como lo es la drogadicción. Además, la incapacidad del sistema de salud para brindar un adecuado tratamiento a las personas que desean salir de la adicción provoca que la familia en la cual está inserto el individuo vaya habituándose a la presencia de estupefacientes, con lo que aumenta el riesgo de que otro integrante de la familia caiga en el consumo de estas sustancias.
Todo lo anterior va estableciendo los valores del individuo, y como éste enfrente la problemática de las drogas, aunque no necesariamente debe guiarse como un regla, porque se pueden apreciar casos en donde a pesar de las adversidades que el sistema pone en el desarrollo de las personas, estas logran superarse producto de la fuerza de voluntad y a la determinación de acoger sólo influencias positivas que reafirmen su identidad y autoestima para no depender de sustancia que le ayuden a hacer más “fácil” su vida. Se pueden tomar a estas personas como ejemplos para la elaboración de estrategias que entreguen información adecuada para prevenir el consumo de drogas en la sociedad.
Si bien el consumo de drogas podría verse como un tema individual lo cierto es que este tiene de fondo un rol mas bien social, en cual el gobierno debería a través de sus políticas publicas ,sociales, de salud y educación encargarse de forma eficiente del problema, actuando prematuramente en la población para así prevenir que se caiga en este tipo de conductas, dándole a lo jóvenes las herramientas para surgir y potenciar sus talentos, al igual que encargarse de una real rehabilitación si es que se ha fallado en la prevención.
Bibliografía